Yo sé, a fin de cuentas, que tus ojos se habrán escapado al final de la partida, que no podré hacer nada para recuperar una sonrisa tuya, que ya no me pertenecen tus momentos felices. De nada sirve jugar a ser el héroe en esta historia, ya no buscas ser rescatada, ni enfrentas peligros que puedan ser rival de mis poderes.
Ya no te gusta mi vuelo elegante en el cielo de tu locura.
Tantas batallas ganadas, algunas perdidas, y este traje que ahora cuelgo en el armario para no sacar nunca más, ya no sirve, a nadie le parecerá agradable. Me quedo solo con una identidad, con las ganas de pelear una vez más, con la certeza que no serás la persona que deba salvar.
Que irónico, ser un superhéroe que, tras haber enfrentado tantas veces los más dolorosos enemigos, haya sido vencido por algo que se suponía como un aliado.
¿Pero no es un destino tragicómico ser derrotado por el amor? Un final que no imaginaba, pero que siempre hubiera deseado.
Cuelgo mi capa, mi máscara, vuelvo a tener una sola identidad. Me retiro a mi escondite para reflexionar si vale la pena, en algún momento, reclamar el manto del héroe. Me pregunto si existirá una nueva batalla en donde dar el presente.
Me gustó mucho.
ResponderEliminarSaludiños.
Cool!
ResponderEliminarSiga así!
o no...
Bleh!
hay un poco de tristeza y mucha realidad en lo q escribis..
ResponderEliminarTodos algunas vez nos sentimos heroes, pero cuando el amor duele... no queda otra q refugiarse para calmar la herida y que se cure..
Cele ☺
no cuelgues la capa martín. que tu blog da inspiración a otros y así nos retroalimentamos. besos. leyéndonos. http://lorenacarassai.blogspot.com/2011/11/girl-in-other-room.html
ResponderEliminarGracias Lore! Paso por tu blog a leer. Saludos!
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